Ahora sí, me tomaré el tiempo de contar más detalladamente mi estancia en Bélgica, ya que en la entrada pasada todo fue muy vago y siento que ya habiendo estado aquí una semana puedo contar muchas cosas. Voy a ponerme a escuchar "Six Degrees Of Inner Turbulence" de Dream Theater (que por cierto, les recomiendo mucho esa suite) y me pondré a escribir.
Ahora sí.
Bueno, mi llegada a Bélgica fue un tanto tempestuosa, con eso de que decidí terminar mi contrato en Alemania, así que lo que hice fue tomar el primer tren hacia Bruselas desde Trier. Tuve que hacer una escala en Luxemburgo por unos veinte minutos. ¡Caray! Lo poquito que pude ver no me gustó tanto. La estación del tren estaba bien cochina y chiquita, con mil gentes apretujadas, el módulo de servicio al cliente bien escondidito... No no. Por suerte, un policía hablaba inglés y pudo señalarme en la dirección correcta del módulo de servicios... En el cual solo hablaban alemán. Oh vaya, menuda ocasión para practicar.
Agradezco al tiempo que estuve en Alemania por mi alemán semi-decente, y después de todo logré arreglármelas para subirme al tren que partía hacia Bruselas a tiempo.
Los trenes son muy amplios, y la verdad para ser sinceros no ví mucha diferencia entre primera y segunda clase, son idénticamente espaciosos. El tren que tomé tenía los asientos en grupos de cuatro (dos sillones con cara a otros dos sillones, y dando la espalda al siguiente set) con una mesa entre ellos. Tip para los que viajan en tren con su computadora, los asientos que están pegados a la puerta de entrada tienen acceso a unas tomas eléctricas. También están cerca del baño, por si las dudas. Habiendo sido mi primer viaje en tren, no quedé decepcionado con los increíbles paisajes belgas, muchos campos verdes, montañas, ovejas. Viajar en tren es definitivamente una experiencia que no se debe dejar pasar. Al llegar a Bruselas tomé un taxi hasta la casa de mi amigo Bram, en la parte sur de la ciudad. Él vive con varios compañeros de casa de distintas nacionalidades, y todos son increíblemente buena onda. Me siento muy a gusto de poder quedarme con gente tan amable y con tan buena vibra.
He salido a dar un par de vueltas por Bruselas, a tomar fotos y toda la cosa. Todavía no he tenido ocasión de salir a tocar la guitarra, por el mal clima. :/ Pero ya me tocó ver el Manneken Pis, comer los waffles belgas, chocolate, y perderme en las calles. :) Oooooh sí. Me gusta mucho la ciudad, ya que es un hervidero de cultura y hay arte en todos lados. Un lugar que recomiendo mucho es el Jardín Botánico de Bruselas. Es grandísimo, muy verde, con decoraciones de arbustos e intrincados mini-laberintos, un lugar perfecto para descansar bajo el sol o correr, si prefieres. También es un lugar donde se llevan a cabo conciertos de música. Muuuy completo y muuuuy bonito.
También me tocó ir hace un par de días a Derdemonde, a cuarenta minutos de Bruselas. A Hamme también, y a Gent. Me encantan todas estas ciudades viejas. En Gent nos detuvimos a tomar un jenever, un alcohol clásico de Bélgica. Es como el equivalente a las aguas locas de Europa, puesto que sabe muy dulce, pero tiene una concentración de alcohol de entre 20% y 40%, dependiendo de cual tomes. También tienen aprox. 80+ sabores, así que hay de donde escogerle. Los waffles de Gent también son algo exepcional. También tuve la oportunidad de ver varias catedrales góticas y disfrutar de un quinteto de jazz tocando canciones de Big Band. Definitivamente un fin de semana muy disfrutable.
En este momento me encuentro en Joure, Holanda; para una entrevista con una posible familia nueva. Me quedaré aquí dos días para probar si hacemos click, y regresaré a Bruselas. El fin de semana decidiremos si me quedo acá o no. Para llegar a Joure tuve que pasar por Amsterdam. Ya me lo imaginaba, pero sí es un poquito desagradable que el primer olor que te llega al salir de la estación de trenes es el tufazo a mota. Te acostumbras después de un poco, pero no es lo mejor. Estuve vagando una media hora en las calles de Amsterdam, para ver un poco en lo que salía mi tren a Almere, para de ahí irme a Joure. Debo decir que todo el centro de Amsterdam está lleno de trampas para turistas. Me metí a una tienda a preguntar sobre una camiseta que tenían, bastante corrientucha, de esas de Fruit Of The Loom que se estampan por $50 MXN, y resulta que me salía en €18. No, gracias. En una placita me tocó ver un chorro de palomas a las que les trae sin cuidado que haya alguien en su camino mientras vuelan, simplemente te dan un alazo o se posan en tí. Qué bonito, jajaja. Siento que tengo que expolrar a fondo Amsterdam, tal vez haga eso el jueves.
Por el momento estoy cansado y me voy a ir a dormir, pero espero escribir otra vez en un par de días. Muchos saludos a quien sea que esté leyendo mis aventuras no tan emocionantes. (:
martes, 28 de septiembre de 2010
miércoles, 22 de septiembre de 2010
Cuando las cosas no salen como deberían salir.
Bueno, disculpen (quien sea que se tome el tiempo de leer mis peripecias) por no haber escrito nada en un par de semanas, de verdad el ser au-pair es un trabajo extenuante y exhaustivo, y cuando hay tiempo al fin, la verdad sólo dan ganas de tirarse a dormir y/o platicar un rato.
En las últimas semanas todo iba marchando razonablemente bien; ya estaba finalmente adaptado al horario y a la rutina. Cabe mencionar que los alemanes son ávidos fans de tener una rutina pre-planeada y no gustan de cualquier cosa de último minuto (tipo, si vas a salir tienes que avisar con días de antelación); por lo cual yo ya tenía todo mi asunto arreglado y planeado.
Sí, algunas cosas se volvieron difíciles, ya saben... Cuidar a un niño hiperactivo con costumbres de pequeño tirano no es lo más fácil del mundo, en especial cuando (seamos sinceros) nadie nunca le ha dicho que NO a nada. O bueno, puede ser solo mi impresión, sus papás dicen que él no era así antes y que se comporta de esa manera por que se siente excluído, ya que en la casa estábamos hablando inglés, mayormente. El caso es que no estaba siendo fácil. Me cae bien el chavito... Pero la paciencia se agota a veces. >.<
Entre semana me estuve dedicando a ir a mi curso de idiomas en la Volkshochschule, un curso intensivo para aprender alemán, eran 5 horas todos los días, acabando al mediodía. ¡El salón ha sido el lugar más multicultural en el que he estado en años (sin contar el aeropuerto)! Tenía compañeros de todos lados: Tanya Tatiana y Tatiana, de Ukrania; Reni Dcruz, de la India; Konrad Dmowski, de Polonia; Riccardo Ravera, de Italia; Mosharaf Merdat y Zarha, de Irán; Josephine, de Camerún; Ignacio, de España; Anna y otra chica de la cual no recuerdo el nombre, de Rusia; Esra Gül, de Turquía; Jamie, de Australia; Shuh-é, de China; y Rata Napoon, de Tailandia. Como ven, estaba bastante sencillo empezar a aprender de las diferentes culturas, incluso empecé a aprender un poquito de polaco (como si el alemán no fuera ya lo suficientemente difícil...), un poco del alfabeto Ruso y su fonética; y para acabarla de variar, Riccardo me hablaba sólo en italiano. ¿Multiculturalmente suficiente? :)
Generalmente después del curso salía al Centro Histórico con Riccardo, Reni y Konrad, que fueron con los que hice mejores migas. Riccardo es un abogado, Reni un ingeniero en sistemas, y Konrad un ingeniero eléctrico-mecánico. A todos ellos les encanta andar platicando, y aunque son bastante más grandes que yo, nos llevamos bastante bien. Somos todos nuevos en este país, y eso nos une un poquito más. Ya saben, todos debemos ayudarnos mutuamente.
En los fines de semana o en las tardes desocupadas, me dediqué a salir y conocer los alrededores, así como ir al gimnasio. La verdad este estilo de vida me estaba sentando muy bien. También me gustaba (y mucho, debo agregar) el hecho de que me salía a tocar guitarra al centro por un par de horas, y eso me daba cierto grado de ingresos, como unos 20 euros o más al día. ¡Está pocamadre! También era muy satisfactorio el hecho de que a la gente le gustaba oírme tocar y cantar, hubo un par de ocasiones en las que me tomaron video y fotos, los niños se me acercaban y bailaban cuando cantaba, las chicas sonreían, los espectadores en un restaurante cercano aplaudían, y las mamás me echaban miradas que decían "gracias por entretener a mis niños". Todo eso me hacía sentir muy feliz, ¿significará que como músico ya soy capaz de transmitir a la gente lo que siento a través de la música?
Solo que... Cometí un error. Subestimé el sentido de "tiempo libre". En mí cabe asumir que cualquier tiempo fuera de las horas de trabajo es mi tiempo libre, ¿cierto? Y si mi trabajo era hasta las 7 de la noche, podía hacer lo que quisiera... ¿no? La cosa es que un día llegué a las 4 am, y bueno... Siendo los alemanes como son, obviamente no les gustó, y eso conllevó a una discusión, y a que ya no esté trabajando ahí. Acordamos que las cosas terminarían por la paz, y me acompañaron al tren, y agarré el primer tren a Luxemburgo, y de ahí a Bruselas, en Bélgica.
Agradezco muchísimo a mi amigo Bram Van Haver, el cual me dijo que me podía quedar con él por un par de semanas, en lo que consigo aclarar todo este problema; estoy ahorita quedándome en una casa en la que vive con otras 4 personas, un chico de Islandia, una chica de Italia, una de Bélgica y una de Brasil. La casa está a unos 20 minutos a pie del centro de Bélgica, en un barrio turco. Eso significa: ¡Kebaps cerca! :)
En este momento estoy buscando otra familia, puesto que no quiero irme de Europa. Una vez que he visto esto, México no se me hace tan apetecible para vivir; no por como es el país (ya que pienso que es bellísimo y amo mi tierra), pero la sociedad, la economía y la gente son totalmente diferentes, y no se me antoja estar de regreso ahorita. Hay una probabilidad de una familia excelente en Joure, a una hora de Amsterdam; y también me están invitando a estar de Au-Pair en Italia. Veremos, dijo el cieguito.
Estos tres días han sido de adaptación a mi nueva situación, pero ayer Bram se tomó el tiempo de sacarme a dar una vuelta por Bruselas y enseñarme muchas de las cosas bonitas que tiene este lugar. Desde el Manneken Pis hasta una terraza soleada en la que probé cerveza belga, y las famosas papas fritas de Bruselas. Hoy estaré dentro de la casa, esperando los resultados de mis búsquedas, pero tal vez salga más en la tarde un rato a tomar fotografías y turistear bien a gusto.
En las últimas semanas todo iba marchando razonablemente bien; ya estaba finalmente adaptado al horario y a la rutina. Cabe mencionar que los alemanes son ávidos fans de tener una rutina pre-planeada y no gustan de cualquier cosa de último minuto (tipo, si vas a salir tienes que avisar con días de antelación); por lo cual yo ya tenía todo mi asunto arreglado y planeado.
Sí, algunas cosas se volvieron difíciles, ya saben... Cuidar a un niño hiperactivo con costumbres de pequeño tirano no es lo más fácil del mundo, en especial cuando (seamos sinceros) nadie nunca le ha dicho que NO a nada. O bueno, puede ser solo mi impresión, sus papás dicen que él no era así antes y que se comporta de esa manera por que se siente excluído, ya que en la casa estábamos hablando inglés, mayormente. El caso es que no estaba siendo fácil. Me cae bien el chavito... Pero la paciencia se agota a veces. >.<
Entre semana me estuve dedicando a ir a mi curso de idiomas en la Volkshochschule, un curso intensivo para aprender alemán, eran 5 horas todos los días, acabando al mediodía. ¡El salón ha sido el lugar más multicultural en el que he estado en años (sin contar el aeropuerto)! Tenía compañeros de todos lados: Tanya Tatiana y Tatiana, de Ukrania; Reni Dcruz, de la India; Konrad Dmowski, de Polonia; Riccardo Ravera, de Italia; Mosharaf Merdat y Zarha, de Irán; Josephine, de Camerún; Ignacio, de España; Anna y otra chica de la cual no recuerdo el nombre, de Rusia; Esra Gül, de Turquía; Jamie, de Australia; Shuh-é, de China; y Rata Napoon, de Tailandia. Como ven, estaba bastante sencillo empezar a aprender de las diferentes culturas, incluso empecé a aprender un poquito de polaco (como si el alemán no fuera ya lo suficientemente difícil...), un poco del alfabeto Ruso y su fonética; y para acabarla de variar, Riccardo me hablaba sólo en italiano. ¿Multiculturalmente suficiente? :)
Generalmente después del curso salía al Centro Histórico con Riccardo, Reni y Konrad, que fueron con los que hice mejores migas. Riccardo es un abogado, Reni un ingeniero en sistemas, y Konrad un ingeniero eléctrico-mecánico. A todos ellos les encanta andar platicando, y aunque son bastante más grandes que yo, nos llevamos bastante bien. Somos todos nuevos en este país, y eso nos une un poquito más. Ya saben, todos debemos ayudarnos mutuamente.
En los fines de semana o en las tardes desocupadas, me dediqué a salir y conocer los alrededores, así como ir al gimnasio. La verdad este estilo de vida me estaba sentando muy bien. También me gustaba (y mucho, debo agregar) el hecho de que me salía a tocar guitarra al centro por un par de horas, y eso me daba cierto grado de ingresos, como unos 20 euros o más al día. ¡Está pocamadre! También era muy satisfactorio el hecho de que a la gente le gustaba oírme tocar y cantar, hubo un par de ocasiones en las que me tomaron video y fotos, los niños se me acercaban y bailaban cuando cantaba, las chicas sonreían, los espectadores en un restaurante cercano aplaudían, y las mamás me echaban miradas que decían "gracias por entretener a mis niños". Todo eso me hacía sentir muy feliz, ¿significará que como músico ya soy capaz de transmitir a la gente lo que siento a través de la música?
Solo que... Cometí un error. Subestimé el sentido de "tiempo libre". En mí cabe asumir que cualquier tiempo fuera de las horas de trabajo es mi tiempo libre, ¿cierto? Y si mi trabajo era hasta las 7 de la noche, podía hacer lo que quisiera... ¿no? La cosa es que un día llegué a las 4 am, y bueno... Siendo los alemanes como son, obviamente no les gustó, y eso conllevó a una discusión, y a que ya no esté trabajando ahí. Acordamos que las cosas terminarían por la paz, y me acompañaron al tren, y agarré el primer tren a Luxemburgo, y de ahí a Bruselas, en Bélgica.
Agradezco muchísimo a mi amigo Bram Van Haver, el cual me dijo que me podía quedar con él por un par de semanas, en lo que consigo aclarar todo este problema; estoy ahorita quedándome en una casa en la que vive con otras 4 personas, un chico de Islandia, una chica de Italia, una de Bélgica y una de Brasil. La casa está a unos 20 minutos a pie del centro de Bélgica, en un barrio turco. Eso significa: ¡Kebaps cerca! :)
En este momento estoy buscando otra familia, puesto que no quiero irme de Europa. Una vez que he visto esto, México no se me hace tan apetecible para vivir; no por como es el país (ya que pienso que es bellísimo y amo mi tierra), pero la sociedad, la economía y la gente son totalmente diferentes, y no se me antoja estar de regreso ahorita. Hay una probabilidad de una familia excelente en Joure, a una hora de Amsterdam; y también me están invitando a estar de Au-Pair en Italia. Veremos, dijo el cieguito.
Estos tres días han sido de adaptación a mi nueva situación, pero ayer Bram se tomó el tiempo de sacarme a dar una vuelta por Bruselas y enseñarme muchas de las cosas bonitas que tiene este lugar. Desde el Manneken Pis hasta una terraza soleada en la que probé cerveza belga, y las famosas papas fritas de Bruselas. Hoy estaré dentro de la casa, esperando los resultados de mis búsquedas, pero tal vez salga más en la tarde un rato a tomar fotografías y turistear bien a gusto.
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