No tengo manera de describir la expectación y emoción que eran dueñas de mi corazón en el momento en el que llegué al aeropuerto de Charleroi en Bélgica. ¡Al fin mi sueño iba a hacerse realidad! No tenía muchas ganas de dormirme, quería ver todo el trayecto desde el avión, pero como había estado sin dormir ese día para no perder el vuelo, caí dormido un poco después de despegar. Cabe mencionar que volar con Ryanair es como ir en un camión, te agarras el asiento que se te antoja, y a aperrarse los de la ventana, jaja. La cosa es que caí dormido. Mi mente debe de estar realmente conectada con Irlanda, puesto que me desperté unos minutos antes de que pudiéramos ver Irlanda desde el avión. Debajo de las nubes, en la obscuridad de la mañana se podía ver Ireland's Eye, y un minuto después, la bahía de Howth llena de luces, y finalmente; sobrevolamos Dublín. Una sonrisa grande surcó mi rostro, pues al fin estaba aquí. Aún en la obscuridad se podía ver por qué se le apoda la Isla Esmeralda; todo era de un color verde vibrante que invitaba a posarse ahí y nunca dejarlo. Esos minutos han sido los minutos más llenos de suspenso de toda mi vida, y cuando el avión aterrizó yo estaba rebosante de felicidad. Nos bajamos del avión en medio de la pista y el primer respiro que tomé de aire irlandés fue tan vivificante que todo el sueño que tenía se fue inmediatamente. Crucé la pista y entré al aeropuerto. Áerfort Baile Átha Cliath, un aeropueto bastante largo, digo yo. Cuando al fin salí de aduana y todo el papeleo me pregunté que haría. Decidí tomar un autobús especial del aeropuerto para entrar al centro de Dublín, pues un poco más allá del centro, en Harrington Street me encontraría con Karl O'Cobhthaigh, quien sería mi primer CouchSurfing host. Costó €5, y me ofreció un buen rato de ver la carretera y el camino al centro de Dublín. No hay mucho que ver, la verdad sea dicha, pero con la emoción de estar en Irlanda todo se te hace increíble. Llegué al centro como a las 8, y como se supone que vería a Karl después de las 9, me metí a un café internet para comunicarme con mi familia, avisar que llegué bien y sin problemas. Finalmente llegó la hora y me puse a buscar el cruce donde nos encontraríamos: Harrington St. con Camden St. Nota para recordar después: en irlandés, "calle" se dice "Sráid", y creo que se pronuncia "sród". Me encontré con Karl a la hora prevista, y estuvimos platicando un rato. Me dijo que tristemente no podía alojarme en su casa ese día ya que su hermano había llegado de imprevisto y había tomado el lugar, así que me recomendó varios hostales. Ya que eso significaba tener mi día libre, le pregunté por alguna actividad interesante que hacer como turista, y me recomendó ir a Howth. Howth es uno de los suburbios de Dublín, que está pegado a la costa oeste, justo en el mar. Me encaminé a tomar el DART (Dublin Area Rapid Transport) de la estación Pearse,a una cuadra de O'Connell Street. Cuando llegué a la estación del DART, compré un boleto de tren hasta Howth con las últimas monedas que me quedaban. A la hora de meter el boleto a la máquina, no salió del otro lado, y el tipo que estaba ahí me dijo: "No hay problema, tú súbete al tren", así que subí a la plataforma a esperar mi tren. Era un tren de varios matices de verde (claro, pues es irlandés), con periódicos aquí y allá para matar el tiempo. Me senté en frente de una chica irlandesa con quien crucé sonrisas (;D). Súbitamente, ¡oh sorpresa! A la tercer parada se subieron unos controladores al DART y me pidieron ver mi boleto. Estaba a punto de dárselo, pero recordé donde se había quedado. Le expliqué al controlador la situación pero no me creyó, y dijo que tendría que pagar de nuevo. Adivinen, ¿quién ya no traía efectivo? Pues sí. Entonces me dijo; "Te tendré que tomar los datos y ponerte una infracción de €100 por subirte al tren sin boleto". ¡Imagínense que les salgan con algo así en el primer día de viaje! Se me congeló hasta la saliva, así que le dije que lo compraría en la siguiente parada. Simpatéticamente, la linda chica irlandesa que estaba sentada en frente de mí me alargó €2 para que se los diera al controlador, pues el siguiente tren era en media hora, pero aquél no cedió, así que tuve que bajar a comprarme el otro boleto. En la máquina de boletos había dos opciones: "Howth" y "Howth Junction", que era más barata; así que compré el boleto para Howth Jctn. Veinte minutos después, me subí al tren rezando por que no me tuviera que encontrar de nuevo con los controladores. Llegué perfecto a Howth sin que se volvieran a subir, así que suspiré, aliviado. ¡AY GÜEY! Los mismitos controladores estaban recogiendo los boletos en la puerta de la estación de Howth. No me quedó de otra mas que acercarme y esperar lo mejor. El tipo que me había querido dar la multa tomó mi boleto, me vió con ojos de pistola y dijo: "Ponte al lado de la puerta, quiero hablar contigo". Me trató de volver a multar, pero por suerte, mi mente de vale-madrista mexicano invéntate-una-excusa-como-las-que-te-avientas-cuando-no-haces-la-tarea se puso a trabajar y me dijo "¡JUEGA AL TURISTA TONTO!". Así pues, me inventé una excusa de que no hablaba inglés bien, y de que acababa de llegar ese día a Dublín (esa parte era cierta), así que al fin me dejó ir en paz. MÉXICO 1 - IRLANDA 0. :)
Así me salí a disfrutar de Howth. Howth es una pequeña península que toca el mar irlandés, en la costa este de Irlanda, en Leinster. Era un día muy soleado y ventoso, como me gustan. Lo primero que ves en el muelle es un par de focas bobaliconas que esperan que les des de comer, acompañadas de una parvada de gaviotas y cormoranes bien apañados. Howth es un suburbio pesquero de Dublín, así que hay muchísimos restaurantes de pescado. Me acerqué al mar, puesto que hay una pared de dos metros de altura que avanza por toda la parte norte de Howth, desde la cual se puede observar el Mar Irlandés, y a muy corta distancia hacia el noreste la pequeña isla de Ireland's Eye, la cual está desierta. Al parecer, puedes arreglar que te lleven ahí y te recojan después para poder disfrutar de largos momentos de soledad e introspección. Lo haré algún día, pero esta vez no había lana ni tiempo. Estuve vagando por el muro un buen rato, admirando el paisaje y los faros que adornan el lugar. Pasó el tiempo y me dió hambre, así que compré una hamburguesa de pescado y papas. Me senté a comer en un parque, y de pronto se sentó junto a mí un pescador. Estuvimos hablando de casi nada, cosas vagas. Vió mi ukulele, pero me dijo que no le gustaba la música, su pasión era pescar. Tenía unos treinta-y-tantos años, piel curtida por el mar y concicatrices, un ligero bigotín y una mirada que denotaba mucho misterio. Pero para mí, era hora de regresar a Dublín. Recordé que no tenía dinero (pagué mi comida con tarjeta), así que traté de comprar el boleto de DART con la misma; pero al parecer, mi tarjeta del Sparkasse Trier no funciona en todas las máquinas. Así que pues... ¡A caminar a Dublín! Como unos cuarenta minutos después, llegué a una pequeña parte de otro suburbio, Sutton. Ahí pude retirar €20 de mi tarjeta, y me subí al DublinBus. Al subirme, ví que había que pagar EXACTAMENTE €2.60. Como sólo traía el billete de €20, estuve a punto de bajarme, pero el conductor me dijo que no había tos, que me subiera. Caí dormido en el momento en el que me senté. Cuando llegué a Sráid Ó Conaill fui a un café internet para checar un mensaje, pues me había quedado de ver con unos CouchSurfers franceses en Temple Bar a las 19:00. Cuando ví la confirmación, me dirigí hacia allá para encontrarlos. Temple Bar es un área de Dublín, en la parte sur del Liffey en la que hay muchos pubs con música tradicional irlandesa, y claro está, hay un pub que se llama el Temple Bar, que es el más popular. Laetitia y Gaetan estaban sentados directamente en frente del Temple Bar. El par de franceses traían sendas mochilotas, mas una tienda de campaña plegable, sleeping bags, etc. Gaetan es como de mi estatura, con pelo entre corto y largo de color castaño, ojos del mismo color, un arete en la oreja izquierda y un cierto aire ratonil. Laetitia tiene el pelo largo hasta los hombros, negro y rizado; una gran sonrisa y ojos color de miel. Un poco petit. Estaban tomando un poco de cerveza polaca en la banqueta, y estuvimos platicando un poco acerca de nosotros, hasta que un miembro de la Garda (la policía irlandesa) nos corrió de la banqueta, así que salimos en busca de un pub, por que el área de Templa Bar es carísima. Entramos al International Bar en Dame Street, por que había un show de comedia ahí, generalmente tienen comedia y noches de micrófono abierto para cantar. Esa fue la noche en la que tomé mi primer pinta de Guinness irlandesa, Guinness de verdad. ¡VICTORIA! Sabe tan distinta a la que nos importan a los demás países. También comí un par de sándwiches de queso mientras hacíamos juegos para tomar, con los portavasos. Estar con Laetitia y Gaetan fue muy placentero, me cayeron muy bien y pasamos una noche muy agradable. Decidimos que queríamos ver el espectáculo de comedia, pero ya no había espacio ni para pararse, olvídate de todas nuestras mochilas. Así que el barman nos llevó a un bar underground, debajo del pub en el que estábamos. En ese pub estaba tocando un trío de jazz, y el ambiente era mucho más cálido; así que decidimos quedarnos ahí. Una hora y algo después ya era hora de despedirnos, pues ellos debían ir al aeropuerto y yo estaba muy cansado. Partimos todos con un abrazo y sonrisas en los rostros. Me encaminé hasta CitiHostels, el que me había recomendado Carl. Había que caminar hasta Camden Street, como una media hora a pié. Llegué y pagué mi primer noche por €12,50, más €5 de depósito por un adaptador de corriente, pues en Irlanda y el Reino Unido tienen diferentes conexiones. Chequé mis mails y me fui a dormir, era una habitación de 4 personas. Caí dormido y me sumí en sueños de color esmeralda.
domingo, 17 de octubre de 2010
martes, 28 de septiembre de 2010
Una semana en Bruselas.
Ahora sí, me tomaré el tiempo de contar más detalladamente mi estancia en Bélgica, ya que en la entrada pasada todo fue muy vago y siento que ya habiendo estado aquí una semana puedo contar muchas cosas. Voy a ponerme a escuchar "Six Degrees Of Inner Turbulence" de Dream Theater (que por cierto, les recomiendo mucho esa suite) y me pondré a escribir.
Ahora sí.
Bueno, mi llegada a Bélgica fue un tanto tempestuosa, con eso de que decidí terminar mi contrato en Alemania, así que lo que hice fue tomar el primer tren hacia Bruselas desde Trier. Tuve que hacer una escala en Luxemburgo por unos veinte minutos. ¡Caray! Lo poquito que pude ver no me gustó tanto. La estación del tren estaba bien cochina y chiquita, con mil gentes apretujadas, el módulo de servicio al cliente bien escondidito... No no. Por suerte, un policía hablaba inglés y pudo señalarme en la dirección correcta del módulo de servicios... En el cual solo hablaban alemán. Oh vaya, menuda ocasión para practicar.
Agradezco al tiempo que estuve en Alemania por mi alemán semi-decente, y después de todo logré arreglármelas para subirme al tren que partía hacia Bruselas a tiempo.
Los trenes son muy amplios, y la verdad para ser sinceros no ví mucha diferencia entre primera y segunda clase, son idénticamente espaciosos. El tren que tomé tenía los asientos en grupos de cuatro (dos sillones con cara a otros dos sillones, y dando la espalda al siguiente set) con una mesa entre ellos. Tip para los que viajan en tren con su computadora, los asientos que están pegados a la puerta de entrada tienen acceso a unas tomas eléctricas. También están cerca del baño, por si las dudas. Habiendo sido mi primer viaje en tren, no quedé decepcionado con los increíbles paisajes belgas, muchos campos verdes, montañas, ovejas. Viajar en tren es definitivamente una experiencia que no se debe dejar pasar. Al llegar a Bruselas tomé un taxi hasta la casa de mi amigo Bram, en la parte sur de la ciudad. Él vive con varios compañeros de casa de distintas nacionalidades, y todos son increíblemente buena onda. Me siento muy a gusto de poder quedarme con gente tan amable y con tan buena vibra.
He salido a dar un par de vueltas por Bruselas, a tomar fotos y toda la cosa. Todavía no he tenido ocasión de salir a tocar la guitarra, por el mal clima. :/ Pero ya me tocó ver el Manneken Pis, comer los waffles belgas, chocolate, y perderme en las calles. :) Oooooh sí. Me gusta mucho la ciudad, ya que es un hervidero de cultura y hay arte en todos lados. Un lugar que recomiendo mucho es el Jardín Botánico de Bruselas. Es grandísimo, muy verde, con decoraciones de arbustos e intrincados mini-laberintos, un lugar perfecto para descansar bajo el sol o correr, si prefieres. También es un lugar donde se llevan a cabo conciertos de música. Muuuy completo y muuuuy bonito.
También me tocó ir hace un par de días a Derdemonde, a cuarenta minutos de Bruselas. A Hamme también, y a Gent. Me encantan todas estas ciudades viejas. En Gent nos detuvimos a tomar un jenever, un alcohol clásico de Bélgica. Es como el equivalente a las aguas locas de Europa, puesto que sabe muy dulce, pero tiene una concentración de alcohol de entre 20% y 40%, dependiendo de cual tomes. También tienen aprox. 80+ sabores, así que hay de donde escogerle. Los waffles de Gent también son algo exepcional. También tuve la oportunidad de ver varias catedrales góticas y disfrutar de un quinteto de jazz tocando canciones de Big Band. Definitivamente un fin de semana muy disfrutable.
En este momento me encuentro en Joure, Holanda; para una entrevista con una posible familia nueva. Me quedaré aquí dos días para probar si hacemos click, y regresaré a Bruselas. El fin de semana decidiremos si me quedo acá o no. Para llegar a Joure tuve que pasar por Amsterdam. Ya me lo imaginaba, pero sí es un poquito desagradable que el primer olor que te llega al salir de la estación de trenes es el tufazo a mota. Te acostumbras después de un poco, pero no es lo mejor. Estuve vagando una media hora en las calles de Amsterdam, para ver un poco en lo que salía mi tren a Almere, para de ahí irme a Joure. Debo decir que todo el centro de Amsterdam está lleno de trampas para turistas. Me metí a una tienda a preguntar sobre una camiseta que tenían, bastante corrientucha, de esas de Fruit Of The Loom que se estampan por $50 MXN, y resulta que me salía en €18. No, gracias. En una placita me tocó ver un chorro de palomas a las que les trae sin cuidado que haya alguien en su camino mientras vuelan, simplemente te dan un alazo o se posan en tí. Qué bonito, jajaja. Siento que tengo que expolrar a fondo Amsterdam, tal vez haga eso el jueves.
Por el momento estoy cansado y me voy a ir a dormir, pero espero escribir otra vez en un par de días. Muchos saludos a quien sea que esté leyendo mis aventuras no tan emocionantes. (:
Ahora sí.
Bueno, mi llegada a Bélgica fue un tanto tempestuosa, con eso de que decidí terminar mi contrato en Alemania, así que lo que hice fue tomar el primer tren hacia Bruselas desde Trier. Tuve que hacer una escala en Luxemburgo por unos veinte minutos. ¡Caray! Lo poquito que pude ver no me gustó tanto. La estación del tren estaba bien cochina y chiquita, con mil gentes apretujadas, el módulo de servicio al cliente bien escondidito... No no. Por suerte, un policía hablaba inglés y pudo señalarme en la dirección correcta del módulo de servicios... En el cual solo hablaban alemán. Oh vaya, menuda ocasión para practicar.
Agradezco al tiempo que estuve en Alemania por mi alemán semi-decente, y después de todo logré arreglármelas para subirme al tren que partía hacia Bruselas a tiempo.
Los trenes son muy amplios, y la verdad para ser sinceros no ví mucha diferencia entre primera y segunda clase, son idénticamente espaciosos. El tren que tomé tenía los asientos en grupos de cuatro (dos sillones con cara a otros dos sillones, y dando la espalda al siguiente set) con una mesa entre ellos. Tip para los que viajan en tren con su computadora, los asientos que están pegados a la puerta de entrada tienen acceso a unas tomas eléctricas. También están cerca del baño, por si las dudas. Habiendo sido mi primer viaje en tren, no quedé decepcionado con los increíbles paisajes belgas, muchos campos verdes, montañas, ovejas. Viajar en tren es definitivamente una experiencia que no se debe dejar pasar. Al llegar a Bruselas tomé un taxi hasta la casa de mi amigo Bram, en la parte sur de la ciudad. Él vive con varios compañeros de casa de distintas nacionalidades, y todos son increíblemente buena onda. Me siento muy a gusto de poder quedarme con gente tan amable y con tan buena vibra.
He salido a dar un par de vueltas por Bruselas, a tomar fotos y toda la cosa. Todavía no he tenido ocasión de salir a tocar la guitarra, por el mal clima. :/ Pero ya me tocó ver el Manneken Pis, comer los waffles belgas, chocolate, y perderme en las calles. :) Oooooh sí. Me gusta mucho la ciudad, ya que es un hervidero de cultura y hay arte en todos lados. Un lugar que recomiendo mucho es el Jardín Botánico de Bruselas. Es grandísimo, muy verde, con decoraciones de arbustos e intrincados mini-laberintos, un lugar perfecto para descansar bajo el sol o correr, si prefieres. También es un lugar donde se llevan a cabo conciertos de música. Muuuy completo y muuuuy bonito.
También me tocó ir hace un par de días a Derdemonde, a cuarenta minutos de Bruselas. A Hamme también, y a Gent. Me encantan todas estas ciudades viejas. En Gent nos detuvimos a tomar un jenever, un alcohol clásico de Bélgica. Es como el equivalente a las aguas locas de Europa, puesto que sabe muy dulce, pero tiene una concentración de alcohol de entre 20% y 40%, dependiendo de cual tomes. También tienen aprox. 80+ sabores, así que hay de donde escogerle. Los waffles de Gent también son algo exepcional. También tuve la oportunidad de ver varias catedrales góticas y disfrutar de un quinteto de jazz tocando canciones de Big Band. Definitivamente un fin de semana muy disfrutable.
En este momento me encuentro en Joure, Holanda; para una entrevista con una posible familia nueva. Me quedaré aquí dos días para probar si hacemos click, y regresaré a Bruselas. El fin de semana decidiremos si me quedo acá o no. Para llegar a Joure tuve que pasar por Amsterdam. Ya me lo imaginaba, pero sí es un poquito desagradable que el primer olor que te llega al salir de la estación de trenes es el tufazo a mota. Te acostumbras después de un poco, pero no es lo mejor. Estuve vagando una media hora en las calles de Amsterdam, para ver un poco en lo que salía mi tren a Almere, para de ahí irme a Joure. Debo decir que todo el centro de Amsterdam está lleno de trampas para turistas. Me metí a una tienda a preguntar sobre una camiseta que tenían, bastante corrientucha, de esas de Fruit Of The Loom que se estampan por $50 MXN, y resulta que me salía en €18. No, gracias. En una placita me tocó ver un chorro de palomas a las que les trae sin cuidado que haya alguien en su camino mientras vuelan, simplemente te dan un alazo o se posan en tí. Qué bonito, jajaja. Siento que tengo que expolrar a fondo Amsterdam, tal vez haga eso el jueves.
Por el momento estoy cansado y me voy a ir a dormir, pero espero escribir otra vez en un par de días. Muchos saludos a quien sea que esté leyendo mis aventuras no tan emocionantes. (:
miércoles, 22 de septiembre de 2010
Cuando las cosas no salen como deberían salir.
Bueno, disculpen (quien sea que se tome el tiempo de leer mis peripecias) por no haber escrito nada en un par de semanas, de verdad el ser au-pair es un trabajo extenuante y exhaustivo, y cuando hay tiempo al fin, la verdad sólo dan ganas de tirarse a dormir y/o platicar un rato.
En las últimas semanas todo iba marchando razonablemente bien; ya estaba finalmente adaptado al horario y a la rutina. Cabe mencionar que los alemanes son ávidos fans de tener una rutina pre-planeada y no gustan de cualquier cosa de último minuto (tipo, si vas a salir tienes que avisar con días de antelación); por lo cual yo ya tenía todo mi asunto arreglado y planeado.
Sí, algunas cosas se volvieron difíciles, ya saben... Cuidar a un niño hiperactivo con costumbres de pequeño tirano no es lo más fácil del mundo, en especial cuando (seamos sinceros) nadie nunca le ha dicho que NO a nada. O bueno, puede ser solo mi impresión, sus papás dicen que él no era así antes y que se comporta de esa manera por que se siente excluído, ya que en la casa estábamos hablando inglés, mayormente. El caso es que no estaba siendo fácil. Me cae bien el chavito... Pero la paciencia se agota a veces. >.<
Entre semana me estuve dedicando a ir a mi curso de idiomas en la Volkshochschule, un curso intensivo para aprender alemán, eran 5 horas todos los días, acabando al mediodía. ¡El salón ha sido el lugar más multicultural en el que he estado en años (sin contar el aeropuerto)! Tenía compañeros de todos lados: Tanya Tatiana y Tatiana, de Ukrania; Reni Dcruz, de la India; Konrad Dmowski, de Polonia; Riccardo Ravera, de Italia; Mosharaf Merdat y Zarha, de Irán; Josephine, de Camerún; Ignacio, de España; Anna y otra chica de la cual no recuerdo el nombre, de Rusia; Esra Gül, de Turquía; Jamie, de Australia; Shuh-é, de China; y Rata Napoon, de Tailandia. Como ven, estaba bastante sencillo empezar a aprender de las diferentes culturas, incluso empecé a aprender un poquito de polaco (como si el alemán no fuera ya lo suficientemente difícil...), un poco del alfabeto Ruso y su fonética; y para acabarla de variar, Riccardo me hablaba sólo en italiano. ¿Multiculturalmente suficiente? :)
Generalmente después del curso salía al Centro Histórico con Riccardo, Reni y Konrad, que fueron con los que hice mejores migas. Riccardo es un abogado, Reni un ingeniero en sistemas, y Konrad un ingeniero eléctrico-mecánico. A todos ellos les encanta andar platicando, y aunque son bastante más grandes que yo, nos llevamos bastante bien. Somos todos nuevos en este país, y eso nos une un poquito más. Ya saben, todos debemos ayudarnos mutuamente.
En los fines de semana o en las tardes desocupadas, me dediqué a salir y conocer los alrededores, así como ir al gimnasio. La verdad este estilo de vida me estaba sentando muy bien. También me gustaba (y mucho, debo agregar) el hecho de que me salía a tocar guitarra al centro por un par de horas, y eso me daba cierto grado de ingresos, como unos 20 euros o más al día. ¡Está pocamadre! También era muy satisfactorio el hecho de que a la gente le gustaba oírme tocar y cantar, hubo un par de ocasiones en las que me tomaron video y fotos, los niños se me acercaban y bailaban cuando cantaba, las chicas sonreían, los espectadores en un restaurante cercano aplaudían, y las mamás me echaban miradas que decían "gracias por entretener a mis niños". Todo eso me hacía sentir muy feliz, ¿significará que como músico ya soy capaz de transmitir a la gente lo que siento a través de la música?
Solo que... Cometí un error. Subestimé el sentido de "tiempo libre". En mí cabe asumir que cualquier tiempo fuera de las horas de trabajo es mi tiempo libre, ¿cierto? Y si mi trabajo era hasta las 7 de la noche, podía hacer lo que quisiera... ¿no? La cosa es que un día llegué a las 4 am, y bueno... Siendo los alemanes como son, obviamente no les gustó, y eso conllevó a una discusión, y a que ya no esté trabajando ahí. Acordamos que las cosas terminarían por la paz, y me acompañaron al tren, y agarré el primer tren a Luxemburgo, y de ahí a Bruselas, en Bélgica.
Agradezco muchísimo a mi amigo Bram Van Haver, el cual me dijo que me podía quedar con él por un par de semanas, en lo que consigo aclarar todo este problema; estoy ahorita quedándome en una casa en la que vive con otras 4 personas, un chico de Islandia, una chica de Italia, una de Bélgica y una de Brasil. La casa está a unos 20 minutos a pie del centro de Bélgica, en un barrio turco. Eso significa: ¡Kebaps cerca! :)
En este momento estoy buscando otra familia, puesto que no quiero irme de Europa. Una vez que he visto esto, México no se me hace tan apetecible para vivir; no por como es el país (ya que pienso que es bellísimo y amo mi tierra), pero la sociedad, la economía y la gente son totalmente diferentes, y no se me antoja estar de regreso ahorita. Hay una probabilidad de una familia excelente en Joure, a una hora de Amsterdam; y también me están invitando a estar de Au-Pair en Italia. Veremos, dijo el cieguito.
Estos tres días han sido de adaptación a mi nueva situación, pero ayer Bram se tomó el tiempo de sacarme a dar una vuelta por Bruselas y enseñarme muchas de las cosas bonitas que tiene este lugar. Desde el Manneken Pis hasta una terraza soleada en la que probé cerveza belga, y las famosas papas fritas de Bruselas. Hoy estaré dentro de la casa, esperando los resultados de mis búsquedas, pero tal vez salga más en la tarde un rato a tomar fotografías y turistear bien a gusto.
En las últimas semanas todo iba marchando razonablemente bien; ya estaba finalmente adaptado al horario y a la rutina. Cabe mencionar que los alemanes son ávidos fans de tener una rutina pre-planeada y no gustan de cualquier cosa de último minuto (tipo, si vas a salir tienes que avisar con días de antelación); por lo cual yo ya tenía todo mi asunto arreglado y planeado.
Sí, algunas cosas se volvieron difíciles, ya saben... Cuidar a un niño hiperactivo con costumbres de pequeño tirano no es lo más fácil del mundo, en especial cuando (seamos sinceros) nadie nunca le ha dicho que NO a nada. O bueno, puede ser solo mi impresión, sus papás dicen que él no era así antes y que se comporta de esa manera por que se siente excluído, ya que en la casa estábamos hablando inglés, mayormente. El caso es que no estaba siendo fácil. Me cae bien el chavito... Pero la paciencia se agota a veces. >.<
Entre semana me estuve dedicando a ir a mi curso de idiomas en la Volkshochschule, un curso intensivo para aprender alemán, eran 5 horas todos los días, acabando al mediodía. ¡El salón ha sido el lugar más multicultural en el que he estado en años (sin contar el aeropuerto)! Tenía compañeros de todos lados: Tanya Tatiana y Tatiana, de Ukrania; Reni Dcruz, de la India; Konrad Dmowski, de Polonia; Riccardo Ravera, de Italia; Mosharaf Merdat y Zarha, de Irán; Josephine, de Camerún; Ignacio, de España; Anna y otra chica de la cual no recuerdo el nombre, de Rusia; Esra Gül, de Turquía; Jamie, de Australia; Shuh-é, de China; y Rata Napoon, de Tailandia. Como ven, estaba bastante sencillo empezar a aprender de las diferentes culturas, incluso empecé a aprender un poquito de polaco (como si el alemán no fuera ya lo suficientemente difícil...), un poco del alfabeto Ruso y su fonética; y para acabarla de variar, Riccardo me hablaba sólo en italiano. ¿Multiculturalmente suficiente? :)
Generalmente después del curso salía al Centro Histórico con Riccardo, Reni y Konrad, que fueron con los que hice mejores migas. Riccardo es un abogado, Reni un ingeniero en sistemas, y Konrad un ingeniero eléctrico-mecánico. A todos ellos les encanta andar platicando, y aunque son bastante más grandes que yo, nos llevamos bastante bien. Somos todos nuevos en este país, y eso nos une un poquito más. Ya saben, todos debemos ayudarnos mutuamente.
En los fines de semana o en las tardes desocupadas, me dediqué a salir y conocer los alrededores, así como ir al gimnasio. La verdad este estilo de vida me estaba sentando muy bien. También me gustaba (y mucho, debo agregar) el hecho de que me salía a tocar guitarra al centro por un par de horas, y eso me daba cierto grado de ingresos, como unos 20 euros o más al día. ¡Está pocamadre! También era muy satisfactorio el hecho de que a la gente le gustaba oírme tocar y cantar, hubo un par de ocasiones en las que me tomaron video y fotos, los niños se me acercaban y bailaban cuando cantaba, las chicas sonreían, los espectadores en un restaurante cercano aplaudían, y las mamás me echaban miradas que decían "gracias por entretener a mis niños". Todo eso me hacía sentir muy feliz, ¿significará que como músico ya soy capaz de transmitir a la gente lo que siento a través de la música?
Solo que... Cometí un error. Subestimé el sentido de "tiempo libre". En mí cabe asumir que cualquier tiempo fuera de las horas de trabajo es mi tiempo libre, ¿cierto? Y si mi trabajo era hasta las 7 de la noche, podía hacer lo que quisiera... ¿no? La cosa es que un día llegué a las 4 am, y bueno... Siendo los alemanes como son, obviamente no les gustó, y eso conllevó a una discusión, y a que ya no esté trabajando ahí. Acordamos que las cosas terminarían por la paz, y me acompañaron al tren, y agarré el primer tren a Luxemburgo, y de ahí a Bruselas, en Bélgica.
Agradezco muchísimo a mi amigo Bram Van Haver, el cual me dijo que me podía quedar con él por un par de semanas, en lo que consigo aclarar todo este problema; estoy ahorita quedándome en una casa en la que vive con otras 4 personas, un chico de Islandia, una chica de Italia, una de Bélgica y una de Brasil. La casa está a unos 20 minutos a pie del centro de Bélgica, en un barrio turco. Eso significa: ¡Kebaps cerca! :)
En este momento estoy buscando otra familia, puesto que no quiero irme de Europa. Una vez que he visto esto, México no se me hace tan apetecible para vivir; no por como es el país (ya que pienso que es bellísimo y amo mi tierra), pero la sociedad, la economía y la gente son totalmente diferentes, y no se me antoja estar de regreso ahorita. Hay una probabilidad de una familia excelente en Joure, a una hora de Amsterdam; y también me están invitando a estar de Au-Pair en Italia. Veremos, dijo el cieguito.
Estos tres días han sido de adaptación a mi nueva situación, pero ayer Bram se tomó el tiempo de sacarme a dar una vuelta por Bruselas y enseñarme muchas de las cosas bonitas que tiene este lugar. Desde el Manneken Pis hasta una terraza soleada en la que probé cerveza belga, y las famosas papas fritas de Bruselas. Hoy estaré dentro de la casa, esperando los resultados de mis búsquedas, pero tal vez salga más en la tarde un rato a tomar fotografías y turistear bien a gusto.
lunes, 30 de agosto de 2010
El verdadero primer día.
Por alguna loca razón, soñé con milpiés de rango extendido. Sí, el animal miriápodo. No me pregunten por qué. Si alguien de ustedes sabe interpretar sueños, por favor dígame que diablos conmigo, jajaja. Para variar, me levanté tarde; o más bien, Louis me despuertó cuando ya era tarde. ¡Aquí no desayunan! ¡Qué horror! Ni modo, a prepararse sándwich y un café, caray.
Acompañé a Alex a dejar a Louis al kínder. ¡Qué frío! Hombre, sin desayuno y con ese frío espantoso en las mañanas, no sé cómo te acostumbras. En el kínder conocí a Marilú, una chava muy buena onda, de Perú. He ahí mi conecte para tener a alguien con quien poder hablar español. Muy amable, y comprensiva con mi anhelo de hablar en mi idioma; es un poco frustrante no poder hacerlo. Bueno, de que puedes... Puedes. Pero nadie te entiende.
Yo pensé que por ser país de Primer Mundo, TODOS iban a hablar inglés aparte del alemán, que es su Muttersprache (lengua materna); pero no, es como en México con el español. Hoy al fin me dí cuenta cómo se siente que alrededor de tí hablen un idioma y no lo puedes entender, es un poco frustrante... Me siento un poco inútil.
Fuimos al Ante-Porta, donde conocí a Anita, la secretaria guapa (les digo, todas están guapas acá, jaja); y a los papás de Saskia. Tristemente, sólo me acuerdo que él se llama Dietmar. No sé ella. Saskia me recogió para ir a Media Markt, una tienda de electrónicos. Ya tengo celular de Alemania, y un adaptador de corriente pa' todos mis chunches eléctricos. Menciono para los que no saben... En Europa, la corriente eléctrica es de 240V, mientras que en América es de 120V, y los enchufes son distintos... Son dos palitos redondos, paralelos, a 1 1/4 centímetros de distancia.
Regresamos al hotel, oooootra vez al frío. Ahí conocí a Martin, el electricista-guitarrista-vocalista amigo de Alex, me invitó a tocar con él el próximo martes, dice que tiene un bajo y no sé que tanto otro instrumento por ahí... Así que espero el martes con ansias.
Después de un rato ahí encerrado, decidí a salirme a caminar solo. Fuí a Reisser Musik, a comprarle cuerdas nuevas a mi ukulele. 8.00€!! ¡Hablando de cosas caras!
Cuando regresé al hotel, Alex me trajo a la casa para darme su bici. Ahora soy el guardián de la única llave del garage. Él se fue mientras yo me quedaba a inflarle las llantas y a mandar un e-mail. Después me llevé la bici hasta la Porta Nigra, perdiéndome a cada cuadra. Debo decir que "Entschuldigung, wie komme ich ____________________ ?" ("Disculpa, ¿cómo llego a _________?") te salva mucho. Y es bueno, por que es una situación de "tienes-que-entender-a-huevo", por que si no, sigues perdido; así que le aprendes. Así que aproveché mi tiempo de libertad y estuve dando mil vueltas por todos lados.
Cuando regresé al hotel, pasó Saskia por mí, fuimos a recoger a Louis y pasamos al súper Edeka para comprar el desayuno de mañana y la comida de hoy (pude convencerlos de desayunar, o por lo menos de tener algo para que desayunara yo, jaja).
Hoy tocó comer Pratwurst, que son salchichas de diversas índoles, fritas. La verdad (y por favor gente, no albur) nunca había visto tantas salchichas en un solo lugar, y menos pensé que fueran a saber bien. Lo malo es que es comida súper grasosa.
Después, Louis quiso salir a pasear en su bicicleta, así que lo acompañé a que diera una vuelta a la cuadra, y conocí a su vecino Jonas. Lo ayudé a aprender tantita patineta.
Ahora checo e-mails, y a hacer la meme.
-Seb Dcr.
Acompañé a Alex a dejar a Louis al kínder. ¡Qué frío! Hombre, sin desayuno y con ese frío espantoso en las mañanas, no sé cómo te acostumbras. En el kínder conocí a Marilú, una chava muy buena onda, de Perú. He ahí mi conecte para tener a alguien con quien poder hablar español. Muy amable, y comprensiva con mi anhelo de hablar en mi idioma; es un poco frustrante no poder hacerlo. Bueno, de que puedes... Puedes. Pero nadie te entiende.
Yo pensé que por ser país de Primer Mundo, TODOS iban a hablar inglés aparte del alemán, que es su Muttersprache (lengua materna); pero no, es como en México con el español. Hoy al fin me dí cuenta cómo se siente que alrededor de tí hablen un idioma y no lo puedes entender, es un poco frustrante... Me siento un poco inútil.
Fuimos al Ante-Porta, donde conocí a Anita, la secretaria guapa (les digo, todas están guapas acá, jaja); y a los papás de Saskia. Tristemente, sólo me acuerdo que él se llama Dietmar. No sé ella. Saskia me recogió para ir a Media Markt, una tienda de electrónicos. Ya tengo celular de Alemania, y un adaptador de corriente pa' todos mis chunches eléctricos. Menciono para los que no saben... En Europa, la corriente eléctrica es de 240V, mientras que en América es de 120V, y los enchufes son distintos... Son dos palitos redondos, paralelos, a 1 1/4 centímetros de distancia.
Regresamos al hotel, oooootra vez al frío. Ahí conocí a Martin, el electricista-guitarrista-vocalista amigo de Alex, me invitó a tocar con él el próximo martes, dice que tiene un bajo y no sé que tanto otro instrumento por ahí... Así que espero el martes con ansias.
Después de un rato ahí encerrado, decidí a salirme a caminar solo. Fuí a Reisser Musik, a comprarle cuerdas nuevas a mi ukulele. 8.00€!! ¡Hablando de cosas caras!
Cuando regresé al hotel, Alex me trajo a la casa para darme su bici. Ahora soy el guardián de la única llave del garage. Él se fue mientras yo me quedaba a inflarle las llantas y a mandar un e-mail. Después me llevé la bici hasta la Porta Nigra, perdiéndome a cada cuadra. Debo decir que "Entschuldigung, wie komme ich ____________________ ?" ("Disculpa, ¿cómo llego a _________?") te salva mucho. Y es bueno, por que es una situación de "tienes-que-entender-a-huevo", por que si no, sigues perdido; así que le aprendes. Así que aproveché mi tiempo de libertad y estuve dando mil vueltas por todos lados.
Cuando regresé al hotel, pasó Saskia por mí, fuimos a recoger a Louis y pasamos al súper Edeka para comprar el desayuno de mañana y la comida de hoy (pude convencerlos de desayunar, o por lo menos de tener algo para que desayunara yo, jaja).
Hoy tocó comer Pratwurst, que son salchichas de diversas índoles, fritas. La verdad (y por favor gente, no albur) nunca había visto tantas salchichas en un solo lugar, y menos pensé que fueran a saber bien. Lo malo es que es comida súper grasosa.
Después, Louis quiso salir a pasear en su bicicleta, así que lo acompañé a que diera una vuelta a la cuadra, y conocí a su vecino Jonas. Lo ayudé a aprender tantita patineta.
Ahora checo e-mails, y a hacer la meme.
-Seb Dcr.
domingo, 29 de agosto de 2010
El primer día.
(También tal y como está en la libreta).
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Hoy aterricé en Alemania. La última parte del vuelo estuvo bien, puesto que me dormí después de cenar. Nos dieron pollo con papas, ensalada, cerveza "Tiger" de Singapúr, y paisum (un postre hindú). Consiste en fideos dulces chiquitos (como de 1 mm de grosor, por 3/4 de cm de largo) con leche y azúcar, con pedacitos de nuez moscada. Cuando desperté Patel ya estaba dormido otra vez, se tomó unas pastillas de Ambien para dormir. Recién desperté nos dieron el desayuno (un croissant y un muffin... -.-). En ese momento, el piloto anunció que estábamos por aterrizar, así que arreglé mis cosas.
El hotel de Frankfurt. Frío. MUUUUUUUUY FUDGIN' FRÍO. Pa' variar, su servidor se perdió en la terminal, y luego en el vestíbulo. Pfffftftftftft, excelente entrada. En aduana todo perfecto, me pasaron sin nungún pedo. :) Saliendo de la aduana ví que me estaban esperando Alexander, Saskia y Louis. Tenían un letrero que decía "Sebastian, herzliche wilkommen!" Herzliche es algo así como "de mucho corazón", y wilkommen "bienvenido". Llevamos mis maletas al coche y tomamos el Autobahn. ¡AY GÜEY! Alex iba manejando a 170 km/h. En ese momento, lo único que podía pensar era: "Si chocamos... Nos damos en la madre pero BIEEEEEEEEEEEEEEEN". Nos detuvimos a tomar algo en una estación de tren/sitio de descanso cerca de Koblenz, para estirar las piernas un poco. Cuando nos subimos otra vez al coche, volví a caer dormido. Tiempecito después me desperté por que escuché "Upside Down" de Jack Johnson en el radio, y cuando abrí los ojos ví Trier por primera vez.
Mi primera impresión fue: "Wow, qué parte de la ciudad tan colonial". Pero resulta que toda la ciudad es así, conservan mucho la tradición. Trier es la ciudad más vieja de Alemania, dato curioso, jojo. Llegamos al Ante-Porta, el hotel que van a abrir Alex y Saskia con sus papás; en Paulin Straße, a cuatro cuadras de la Porta Nigra, la principal atracción turística de Trier. Trier, como Valle de Bravo, es una ciudad muy turística, así que hay miles de personas visitando todos los días; ya que la ciudad guarda muchísimos vestigios de arquitectura romana. Bueno, no solo vestigios, sino que también hay muchos edificios romanos, acompañados de construcciones del período barroco de la arquitectura alemana.
Cuando terminamos en el hotel, nos vinimos finalmente a la casa. Mi calle se llama Unterm Pulsberg. La casa está muuuuuuuy bonita, estilo muy acogedor. Tiene cuatro pisos, uno de los cuales es el sótano donde está mi cuarto. Mi cuarto... WOW. Está grandísimo, fácilmente como 3 1/2 veces más grande que el que tengo en mi casa de Valle de Bravo. El mobiliario está súper retro, todo color verde. Aproveché para acomodar mi ropa en el ropero y sacar un par de regalos que le traje a la familia. Una chalina para Saskia, un huipil para Alex, y para Louis una playera de manta, como la de los que trabajaban en las haciendas antes de la Independencia. Cuando subí de nuevo a la sala, Alex me enseñó la casa. En el primer piso están la sala, el comedor, un mini baño, y la cocina. En el segundo, los cuartos de la familia, el Spielzimmer (cuarto de juegos) y el baño principal; y en el último, la oficina de Saskia, una cama de invitados, y los balcones. ¡La vista desde allá es increíble! Hay una montaña atrás de nosotros, y todo se ve precioso.
Hay un programa tipo Discovery Kids que se llama Feuerwehrmann Sam (Sam el Bombero) que Louis adora ver, así que estuvimos viendo eso un rato; y desayunamos un "desayuno dominguero" (valga la redundancia) que consistía en (ahí les van las palabras pa'l vocabulario): Brötchen (panecillos), butter (mantequilla), schinken (jamón) y nutella (WTF...?!). Después de desayunar, se chutaron una siesta, y pues... Eran las 12:00 y me dormí hasta las 18:00, jojo. Despertóme Louis, que quería tocar guitarra un rato. Al parecer, el hecho de que lo que tengo es un ukulele no le entra en la choya, jaja.
Justo después de eso, cenamos (pura tragadera ese día). Saskia me cocinó Wiener Schintzel, es una especie de milanesa de puerco, nomás que mucho más rica que la milanesa, jaja. Lo acompañamos con Salat (ensalada) y Fritten (papas fritas). Con razón este es el platillo favorito de Alex, jaja. Acabando de cenar me conecté al Facebook, y lo que ví me dejó un buen sabor de boca. 94 notificaciones y 4 inbox de puros buenos deseos. Gracias a todos aquellos que me escribieron. <3 :)
Fuimos al Eis-Cafe Rigoni, una cadena de heladerías italianas que están por toda la ciudad, a comprar unos helados. De nuevo, muuuuy rico todo. Hora de dormir, me tocó poner pañales y cambiar pijama, jojo. Listo. Héme en mi cuarto. Me dormiré otra vez, ya que debo despertarme temprano... A las 06:20.
-Seb Dcr
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Hoy aterricé en Alemania. La última parte del vuelo estuvo bien, puesto que me dormí después de cenar. Nos dieron pollo con papas, ensalada, cerveza "Tiger" de Singapúr, y paisum (un postre hindú). Consiste en fideos dulces chiquitos (como de 1 mm de grosor, por 3/4 de cm de largo) con leche y azúcar, con pedacitos de nuez moscada. Cuando desperté Patel ya estaba dormido otra vez, se tomó unas pastillas de Ambien para dormir. Recién desperté nos dieron el desayuno (un croissant y un muffin... -.-). En ese momento, el piloto anunció que estábamos por aterrizar, así que arreglé mis cosas.
El hotel de Frankfurt. Frío. MUUUUUUUUY FUDGIN' FRÍO. Pa' variar, su servidor se perdió en la terminal, y luego en el vestíbulo. Pfffftftftftft, excelente entrada. En aduana todo perfecto, me pasaron sin nungún pedo. :) Saliendo de la aduana ví que me estaban esperando Alexander, Saskia y Louis. Tenían un letrero que decía "Sebastian, herzliche wilkommen!" Herzliche es algo así como "de mucho corazón", y wilkommen "bienvenido". Llevamos mis maletas al coche y tomamos el Autobahn. ¡AY GÜEY! Alex iba manejando a 170 km/h. En ese momento, lo único que podía pensar era: "Si chocamos... Nos damos en la madre pero BIEEEEEEEEEEEEEEEN". Nos detuvimos a tomar algo en una estación de tren/sitio de descanso cerca de Koblenz, para estirar las piernas un poco. Cuando nos subimos otra vez al coche, volví a caer dormido. Tiempecito después me desperté por que escuché "Upside Down" de Jack Johnson en el radio, y cuando abrí los ojos ví Trier por primera vez.
Mi primera impresión fue: "Wow, qué parte de la ciudad tan colonial". Pero resulta que toda la ciudad es así, conservan mucho la tradición. Trier es la ciudad más vieja de Alemania, dato curioso, jojo. Llegamos al Ante-Porta, el hotel que van a abrir Alex y Saskia con sus papás; en Paulin Straße, a cuatro cuadras de la Porta Nigra, la principal atracción turística de Trier. Trier, como Valle de Bravo, es una ciudad muy turística, así que hay miles de personas visitando todos los días; ya que la ciudad guarda muchísimos vestigios de arquitectura romana. Bueno, no solo vestigios, sino que también hay muchos edificios romanos, acompañados de construcciones del período barroco de la arquitectura alemana.
Cuando terminamos en el hotel, nos vinimos finalmente a la casa. Mi calle se llama Unterm Pulsberg. La casa está muuuuuuuy bonita, estilo muy acogedor. Tiene cuatro pisos, uno de los cuales es el sótano donde está mi cuarto. Mi cuarto... WOW. Está grandísimo, fácilmente como 3 1/2 veces más grande que el que tengo en mi casa de Valle de Bravo. El mobiliario está súper retro, todo color verde. Aproveché para acomodar mi ropa en el ropero y sacar un par de regalos que le traje a la familia. Una chalina para Saskia, un huipil para Alex, y para Louis una playera de manta, como la de los que trabajaban en las haciendas antes de la Independencia. Cuando subí de nuevo a la sala, Alex me enseñó la casa. En el primer piso están la sala, el comedor, un mini baño, y la cocina. En el segundo, los cuartos de la familia, el Spielzimmer (cuarto de juegos) y el baño principal; y en el último, la oficina de Saskia, una cama de invitados, y los balcones. ¡La vista desde allá es increíble! Hay una montaña atrás de nosotros, y todo se ve precioso.
Hay un programa tipo Discovery Kids que se llama Feuerwehrmann Sam (Sam el Bombero) que Louis adora ver, así que estuvimos viendo eso un rato; y desayunamos un "desayuno dominguero" (valga la redundancia) que consistía en (ahí les van las palabras pa'l vocabulario): Brötchen (panecillos), butter (mantequilla), schinken (jamón) y nutella (WTF...?!). Después de desayunar, se chutaron una siesta, y pues... Eran las 12:00 y me dormí hasta las 18:00, jojo. Despertóme Louis, que quería tocar guitarra un rato. Al parecer, el hecho de que lo que tengo es un ukulele no le entra en la choya, jaja.
Justo después de eso, cenamos (pura tragadera ese día). Saskia me cocinó Wiener Schintzel, es una especie de milanesa de puerco, nomás que mucho más rica que la milanesa, jaja. Lo acompañamos con Salat (ensalada) y Fritten (papas fritas). Con razón este es el platillo favorito de Alex, jaja. Acabando de cenar me conecté al Facebook, y lo que ví me dejó un buen sabor de boca. 94 notificaciones y 4 inbox de puros buenos deseos. Gracias a todos aquellos que me escribieron. <3 :)
Fuimos al Eis-Cafe Rigoni, una cadena de heladerías italianas que están por toda la ciudad, a comprar unos helados. De nuevo, muuuuy rico todo. Hora de dormir, me tocó poner pañales y cambiar pijama, jojo. Listo. Héme en mi cuarto. Me dormiré otra vez, ya que debo despertarme temprano... A las 06:20.
-Seb Dcr
sábado, 28 de agosto de 2010
El inicio de mi siguiente gran aventura.
(Este capítulo está tal como lo escribí en una libreta durante el vuelo).
-
Esta es la primera entrada de muchas de lo que se convertirá en un registro de crónicas en otro país. Mientras escribo esto me encuentro en algún punto desconocido sobre el Atlántico.
Estoy sentado hasta adelante de mi sección en el 27C, con un increíble espacio para estirarme y caminar de > 2 metros; a uno del baño (qué conveniencia la mía), y junto a la puerta de emergencia del ala izquierda del avión. Conseguí este MAGNÍFICO lugar gracias a que le dije al dude del mostrador de Air India que soy un tanto (muy) claustrofóbico, y necesitaba espacio. Una pequeñísima mentirilla blanca a cambio de mi comodidad, jejeje.
Me tocó sentarme junto a un hombre llamado Patel, de la India (la verdad sea dicha, no le entendí bien el nombre de su ciudad natal, sólo que está a un día y tantito de Mumbai). Empezamos platicando de pura tontería, pero de repente me fijé en uno de los letreros del avión, que están en hindi, así que Patel me empezó a enseñar un poco de la escritura, atrás de esta página (ver la foto aquí: http://www.facebook.com/#!/photo.php?pid=2339271&id=1070553476&ref=fbx_album) Me contó que su esposa Shreia y él acaban de adoptar a una chavita, a la que llamaron Shenaia (aunque se escribe Shunaiah), que significa "eminente". Qué rifado nombre para una niñita de nueve meses.
Ayer fue mi último día en Valle de Bravo. Mi mamá y mi abuela me organizaron una comida, y el día estuvo muy agusto. Algo con lo que me sorprendí mucho a mí mismo fue con un vuelo en parapente. Jamás pensé que me fuera a atrever. La cosa estuvo así: me dí cuenta (supongo) de que llevaba siete años y medio sin hacer una de las cosas que DEFINITIVAMENTE se tienen que hacer en Valle de Bravo. Así que ¿cómo iba a irme al primer mundo sin haber terminado mi ciclo en Valle de Bravo? Chema Schleske y el Chifus ya me habían ofrecido volar un par de veces; así que decidí tomar su oferta. Dicho y hecho, a las 11:00 del viernes subimos a La Torre con el equipo y el vehículo de Alas del Hombre. Al llegar a la cima estuvimos esperando a que hubiera viento, así que en lo que llegaba una corriente nos pusimos a jugar rayuela. Cuando llegó la corriente ya eran las 11:45; y yo seguía sin nervios, algo raro en mí, por que me dan nervios hasta para hablar en la mesa, jaja. Antes de darme cuenta, ya traía puesto el arnés y Chema me estaba dando instrucciones pa' correr y dejarme ir con el parapente cuando me jalara. En cosa de nada escuché el "WHOOOOOSH" del parapente, y empecé a correr cuando Chema me dijo. Al correr y acabarme el MUY limitado espacio de pista que tenía para dar pasos, sentí espantoso, es un sentimiento de "me-voy-a-dar-en-la-madre-por-que-estoy-a-muchos-cientos-de-metros-del-suelo-y-ya-no-hay-espacio-para-correr". Muy feo, muy feo. Duró dos o tres segundos, que es el tiempo que te tardas en ganar altura. Sentí el estómago en el cogote, pero una vez que superas ese sentimiento, te das cuenta de que hay cosas abajo de tí, y a tu alrededor... Y es maravilloso.
La perspectiva es de verdad impresionante, y ves todo muy diferente desde tan arriba. Estuvimos planeando un rato, dándole la vuelta al pueblo. Tomamos un par de termales para ganar más altura, y acabamos arriba de la antena de Televisa, hasta arriba de la montaña en la que está mi calle (me declaro ignorante de cómo se llama). Desde ahí Chema puso rumbo a Santa María, pasamos por arriba del zócalo (le tomé una foto a mi casa y otra al zócalo, mejores que las de Google Earth), y un poco más adelante, sobrevolamos el lago. Chema decidió darme una descarga de adrenalina al hacer un par de trucos, el muy cabrón, jojo. Nos dispusimos a aterrizar; yo pensé que iba a ser medio rudo el asunto, con eso de que aterrizas con nada más y nada menos que tus pies, pero quedé sorprendido... Es muy suave. Si fuera más suave, sería gay, jaja. La verdad fue una experiencia increíble, estoy muy agradecido con Chema, y arrepentido de no haberlo hecho antes.
Al llegar a la casa, empezó la comida, Chema Rodríguez fue el primero en llegar. Después llegaron Uriel, Lalo y Mateo. Nos sentamos con la guitarra, el ukulele y el flautín irlandés a improvisar un rato. Después llegaron Gustavo Marcovich y Mariana con Camilo. También Constantino González, los Galindo, mis abuelos, María y Grace González con Majo Sánchez y no sé quien era la otra chica, Bruno y Dylan (WTF), Joselo, Chema Schleske y Daniel Quiroz con Amanda Gerandón. El menú del día fue pozole en honor a que no comería comida mexicana decente en mucho tiempo, y pastel imposible. Después de comer, tocamos un poco más. Cuando terminó la comida, fuí con Chemita, Carlos Cravioto, Dylan Gutiérrez, Bruno, Lalo, etc. a seguir tocando en el centro, y nos fuimos tocando hasta Zenizo (Lalo en la lira y yo en el flautín).
Omítase el resto de esta parte por que da flojera, jaja.
La cosa es que terminó todo a la una y algo, la última despedida fue con Joselo, y fue de las difíciles. A las 04:00 salimos hacia el aeropuerto mi hermano, mi mamá, y yo. Hicimos cola en la Terminal 2, plataforma de Continental, y desayunamos. Mi avión salió a las 09:05. Cuando llegué a Newark Liberty, almorcé y me fui a la sala de abordaje, en la cual había una cola increíblemente masiva de gente esperando para el chequeo. En a fila me puse a platicar con un dude llamado Mike, que también es músico; estuvimos hablando de varios instrumentos y sus técnicas, ya que yo traigo mi ukulele conmigo. Cuando canté "Perfect Sometimes" de Justin James (por aburrimiento y ganas de aliviarme el estrés http://www.youtube.com/watch?v=srFBH_0YZMo) unas chicas alemanas muy guapas me dijeron que cuendo yo tocaba, sentían que estaban en la playa. Go figure. :D
Ahora héme aquí, a punto de llegar a Frankfurt. Patel está echándose una pestaña, y yo he estado comiendo como pa' ponerme a hibernar. Tendré que solucionar eso cuenado esté con los Seifer, jojo. Bueno, este es el primer día de mi siguiente gran aventura.
Y VA A SER ABSOLUTAMENTE INCREÍBLE.
-Seb Dcr
-
Esta es la primera entrada de muchas de lo que se convertirá en un registro de crónicas en otro país. Mientras escribo esto me encuentro en algún punto desconocido sobre el Atlántico.
Estoy sentado hasta adelante de mi sección en el 27C, con un increíble espacio para estirarme y caminar de > 2 metros; a uno del baño (qué conveniencia la mía), y junto a la puerta de emergencia del ala izquierda del avión. Conseguí este MAGNÍFICO lugar gracias a que le dije al dude del mostrador de Air India que soy un tanto (muy) claustrofóbico, y necesitaba espacio. Una pequeñísima mentirilla blanca a cambio de mi comodidad, jejeje.
Me tocó sentarme junto a un hombre llamado Patel, de la India (la verdad sea dicha, no le entendí bien el nombre de su ciudad natal, sólo que está a un día y tantito de Mumbai). Empezamos platicando de pura tontería, pero de repente me fijé en uno de los letreros del avión, que están en hindi, así que Patel me empezó a enseñar un poco de la escritura, atrás de esta página (ver la foto aquí: http://www.facebook.com/#!/photo.php?pid=2339271&id=1070553476&ref=fbx_album) Me contó que su esposa Shreia y él acaban de adoptar a una chavita, a la que llamaron Shenaia (aunque se escribe Shunaiah), que significa "eminente". Qué rifado nombre para una niñita de nueve meses.
Ayer fue mi último día en Valle de Bravo. Mi mamá y mi abuela me organizaron una comida, y el día estuvo muy agusto. Algo con lo que me sorprendí mucho a mí mismo fue con un vuelo en parapente. Jamás pensé que me fuera a atrever. La cosa estuvo así: me dí cuenta (supongo) de que llevaba siete años y medio sin hacer una de las cosas que DEFINITIVAMENTE se tienen que hacer en Valle de Bravo. Así que ¿cómo iba a irme al primer mundo sin haber terminado mi ciclo en Valle de Bravo? Chema Schleske y el Chifus ya me habían ofrecido volar un par de veces; así que decidí tomar su oferta. Dicho y hecho, a las 11:00 del viernes subimos a La Torre con el equipo y el vehículo de Alas del Hombre. Al llegar a la cima estuvimos esperando a que hubiera viento, así que en lo que llegaba una corriente nos pusimos a jugar rayuela. Cuando llegó la corriente ya eran las 11:45; y yo seguía sin nervios, algo raro en mí, por que me dan nervios hasta para hablar en la mesa, jaja. Antes de darme cuenta, ya traía puesto el arnés y Chema me estaba dando instrucciones pa' correr y dejarme ir con el parapente cuando me jalara. En cosa de nada escuché el "WHOOOOOSH" del parapente, y empecé a correr cuando Chema me dijo. Al correr y acabarme el MUY limitado espacio de pista que tenía para dar pasos, sentí espantoso, es un sentimiento de "me-voy-a-dar-en-la-madre-por-que-estoy-a-muchos-cientos-de-metros-del-suelo-y-ya-no-hay-espacio-para-correr". Muy feo, muy feo. Duró dos o tres segundos, que es el tiempo que te tardas en ganar altura. Sentí el estómago en el cogote, pero una vez que superas ese sentimiento, te das cuenta de que hay cosas abajo de tí, y a tu alrededor... Y es maravilloso.
La perspectiva es de verdad impresionante, y ves todo muy diferente desde tan arriba. Estuvimos planeando un rato, dándole la vuelta al pueblo. Tomamos un par de termales para ganar más altura, y acabamos arriba de la antena de Televisa, hasta arriba de la montaña en la que está mi calle (me declaro ignorante de cómo se llama). Desde ahí Chema puso rumbo a Santa María, pasamos por arriba del zócalo (le tomé una foto a mi casa y otra al zócalo, mejores que las de Google Earth), y un poco más adelante, sobrevolamos el lago. Chema decidió darme una descarga de adrenalina al hacer un par de trucos, el muy cabrón, jojo. Nos dispusimos a aterrizar; yo pensé que iba a ser medio rudo el asunto, con eso de que aterrizas con nada más y nada menos que tus pies, pero quedé sorprendido... Es muy suave. Si fuera más suave, sería gay, jaja. La verdad fue una experiencia increíble, estoy muy agradecido con Chema, y arrepentido de no haberlo hecho antes.
Al llegar a la casa, empezó la comida, Chema Rodríguez fue el primero en llegar. Después llegaron Uriel, Lalo y Mateo. Nos sentamos con la guitarra, el ukulele y el flautín irlandés a improvisar un rato. Después llegaron Gustavo Marcovich y Mariana con Camilo. También Constantino González, los Galindo, mis abuelos, María y Grace González con Majo Sánchez y no sé quien era la otra chica, Bruno y Dylan (WTF), Joselo, Chema Schleske y Daniel Quiroz con Amanda Gerandón. El menú del día fue pozole en honor a que no comería comida mexicana decente en mucho tiempo, y pastel imposible. Después de comer, tocamos un poco más. Cuando terminó la comida, fuí con Chemita, Carlos Cravioto, Dylan Gutiérrez, Bruno, Lalo, etc. a seguir tocando en el centro, y nos fuimos tocando hasta Zenizo (Lalo en la lira y yo en el flautín).
Omítase el resto de esta parte por que da flojera, jaja.
La cosa es que terminó todo a la una y algo, la última despedida fue con Joselo, y fue de las difíciles. A las 04:00 salimos hacia el aeropuerto mi hermano, mi mamá, y yo. Hicimos cola en la Terminal 2, plataforma de Continental, y desayunamos. Mi avión salió a las 09:05. Cuando llegué a Newark Liberty, almorcé y me fui a la sala de abordaje, en la cual había una cola increíblemente masiva de gente esperando para el chequeo. En a fila me puse a platicar con un dude llamado Mike, que también es músico; estuvimos hablando de varios instrumentos y sus técnicas, ya que yo traigo mi ukulele conmigo. Cuando canté "Perfect Sometimes" de Justin James (por aburrimiento y ganas de aliviarme el estrés http://www.youtube.com/watch?v=srFBH_0YZMo) unas chicas alemanas muy guapas me dijeron que cuendo yo tocaba, sentían que estaban en la playa. Go figure. :D
Ahora héme aquí, a punto de llegar a Frankfurt. Patel está echándose una pestaña, y yo he estado comiendo como pa' ponerme a hibernar. Tendré que solucionar eso cuenado esté con los Seifer, jojo. Bueno, este es el primer día de mi siguiente gran aventura.
Y VA A SER ABSOLUTAMENTE INCREÍBLE.
-Seb Dcr
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